sábado, 21 de abril de 2018

V

Por Roberto Carlos Holguin.

Me arreo desde una 
orilla, parabólica.
Contundente miedo
sesga mi
mano entre la rejilla
que mide las palabras,
las horas;
las plegarias hierven. 

Azoto luminarias contra
un papel estéril
con el terror de 
nunca
conocer el olvido.

Asturias de noche
Polvo Rosetta
Lámpara fría
Y tu singularidad
en mis espacios negros
en mis uñas.

Mi bandera roja 
cae entre tus
piernas.

Ya no hay utopías
en el mundo,
sólo
credos marchitos.

jueves, 19 de octubre de 2017

El jardín en la pena.

Por Roberto Carlos Holguin.

... Y ahora que somos jardín,
con la dicha que nos persigue
en el invierno; nos queda 
sólo marchitar.

Ahora que somos esas flores 
que nadie huele, por el hedor
de nuestra hiel.
Ahora que somos los pétalos
que nadie arranca, porque 
el juego del amor
mató a los hombres.
Ahora que somos ese ramo
que nunca se envolvió, porque
el florista murió
en la deuda de febrero.
Ahora que somos el matorral
que no espina, pues ya nadie
degusta de saber lo que es el dolor
en el asombro.
Ahora que somos las flores
que nunca velan el cementerio.

Ahora puedo decirte
que si nunca suelto este tallo,
quiero caer con el otoño
que nos verá dormir
en el sueño frígido.

Ahora somos vida sin propósito,
sin carisma, pero, créeme
que tendremos nuestra melodía,
en el amanecer que nubla los anhelos.

Creo que ya es hora,
el aire nos recuerda que siempre
caeremos.
Asoma tu mirada tras las ramas,
que es hora de que sepas lo que es
tener el estelar de Hamlet.

Qué frágil fui, qué dicha mi sentir;

te veo caer al igual que yo
pero flotas más que la bruma.

Ojalá hubiera paz.

Ojalá caigas sobre mí, al final.

domingo, 24 de agosto de 2014

Noúmeno.

Por Roberto Carlos Holguin.

Llevo un tanto de estar, y nada de ser.


Porque entrado en el tema, déjame decirte, que...

no siempre quise ser un autor, pero llevo engañando
a tanta gente, que creo que ya le llaman arte.

Es sólo un paquete mal aprovechado, porque

estar y nunca darte cuenta que no has "sido"
es igual a nada.
¿Sabes a qué es igual? Ponle unos cuantos
ojos a una pelota de tierra. Suena confuso; lo sé...
pero lo interesante es lo confuso, y no lo que significa.

No sé cómo sentirme cuando hay alguien igual a mí,

sobre todo cuando sé que tiene preguntas que me confunden
y me ponen en su plano. En pocas palabras, no sé cómo
llegar y decirte cómo me siento cuando no estás.
Me extraño, extraño... ¿extraño?, sí, te extraño.
Y lo hago porque estoy, pero no soy ahí, ni aquí ni allá
con todas sus dualidades, realidades y pretensiones
que es ser.
Aunque sigo creyendo que es por ti, y no por mí.
Ya sé, ¡estás! pero no puedo llegar a ser una memoria.
De hecho, pensándolo bien, no quiero ser una...

[...]


Quiero serte y seamos.

miércoles, 18 de junio de 2014

3 gramos de “senil".

Por Roberto Carlos Holguin.

Hoy respiramos por última vez, los recuerdos en la niebla. 

Te disculpas, 
me disculpo, 
¿de qué? 
si en realidad nos costaba trabajo acabarnos el aire en la habitación, 
y el llanto pudo más que el orgullo que nos cargamos.
Siempre creí que sería más tenue estar aquí, 
pero aún hay mucha niebla por disipar.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Tu remisa coincidencia.

Por Roberto Carlos Holguin.

Todos añoran volver, todos algún día quisieron volver a un segundo...
nada fuera de lo normal, pero cuando viene
no podemos volver de ese otro minúsculo cuarto, sino a la memoria.

Deprimente se convierte la convicción, 
por más que los dedos se muevan, no puedo llegar
a los monumentos que solía trazar.
Algunos son, ya, los maestros de lo que sueñan
congregados en la sala de su momento.

Se apilan ya las miles, y miles de purgas 
que ha sufrido la catedral; para ya no más
el seguir la burla al humano reseco y reacio.
¿Adónde fueron? si es que fueron.

Extraño verme en el incómodo momento
en el que me convertí en tu coincidencia menos refutable.
No te lo digo, pero mucho ya lo adivinas, 
con decirte las últimas raciones de este festín de bobas palabras.

sábado, 19 de octubre de 2013

3:03 a.m.

Por Roberto C. Holguin.

Quiero empezar a preguntarte,

¿cuántas veces me he visto tan pretencioso?
Porque repetidas veces me he puesto
a calcular los pasos y los minutos que paso
para simplemente poder tener una.
Una imagen móvil de tus reflejos y sentidos...

Ya no te busco en recovecos de mi memoria

y te busco en lugares y cosas tan mías.

Sí, ya hay algo, y no lo sabemos aún.


Siempre que empiezo, persigo eso y me canso.

Sólo veo siluetas de eso que veo en ti.

Sólo eso, sólo ella. Marginado y apasionado.

Qué maldición para un bohemio.

lunes, 7 de octubre de 2013

Ebrill M.

Por Roberto C. Holguin

Dirigidos momentos he pasado
desde que mis memorias
hacen procesar que hay alguien
que no simplemente me intriga,
me hace creer.
Conservo las siluetas que me recuerdan
tu mirada,
tu pelo, tu sonrisa grosera
pero que cambia la armonía de mis memorias.

No me atrevo a irrumpir aún en tal lugar,
no me consigo una buena muletilla para refirírme
a lo desconocido.
Con grandes deseos y humeantes noches, 
me atrevo a irrumpir sólo en estas huellas
que tengo desde ese día.

Me pierdo en el deseo, que me es como un bosque
negado y prohibido por la colectiva sensación
de que es basto y recóndito.
Por los grandes árboles que proyectan 
desde tu mirada, se ve que la luz no entra tan fácil;
qué predecible parece todo, qué avasallador.


Es eso, es todo eso y más lo que me atrapa,
me seducen todos los miedos y pasiones
que viviría dentro de la inmensidad.
No me retracto de fallar, tampoco de perder la esperanza
porque sé que podré encontrar algo que más...
más que lo que muchos disfrutamos en carne.
Me estoy deshaciendo de la parafernalia 
que me hace digno de entrar, para entrar desnudo
y sentirte más de lo que a veces deseo hacerlo.
Me excita pensar qué es lo que me tienes deparando.